La Santa gran mártir Marina de Antioquía, habiendo permanecido en la infancia sin madre, fue criada por una nodriza en la fe cristiana. El padre rechazó a Santa Marina por su firme fe, y más tarde fue sometida a una feroz persecución. Después de recibir la corona de mártir a los quince años, la Santa era inquebrantable en su fe, revelando muchos milagros durante la tortura y la ejecución. En la parte posterior del icono, las palabras de oración se elevan al Santo.