Santa Marina de Antioquía es una Virgen cristiana venerada en el rostro de los grandes mártires. A la edad de doce años, la niña fue bautizada, durante la cruel persecución de los cristianos bajo el emperador Diocleciano. Habiendo recibido la corona de mártir, la Santa es venerada como la libertadora de las desgracias y los males, del juicio injusto y la sentencia injusta. El producto está hecho en forma de un ángel Guardián, sosteniendo un icono con la imagen de Santa Marina en sus manos. En el Reverso — las palabras de oración.