El prototipo de este producto fue el anillo de Santa Catalina, una gran mártir cristiana que vivió a la vuelta de III-Ivbv. según la tradición, este anillo apareció milagrosamente en su mano en el momento en que eligió el camino de la novia de Cristo. Hoy en día, cada peregrino que llega a las reliquias del gran Mártir en el monasterio del Sinaí recibe un anillo como recuerdo, con la imagen de un Monograma y el nombre de Santa Catalina. El anillo sirve como un recordatorio de su hazaña y amor por el Señor.