El anillo está hecho en forma de sello, en la parte superior de la cual está tallado "Amén", que en la tradición cristiana completa cualquier Servicio divino, y también se pronuncia en los momentos culminantes al realizar los sacramentos. Al pronunciarlo, la gente confirma que entiende la predicación del sacerdote y la acepta con consentimiento.
Los lados del anillo están decorados con adornos vegetales en relieve: enredaderas, hojas, racimos y delicados rizos. Las uvas son un símbolo de fructificación, Sacramento de la Comunión, madurez espiritual. El adorno rodea el anillo en un círculo, creando una sensación de movimiento continuo.
En el interior del anillo hay un grabado: "Señor, ten piedad", acompañado de una pequeña Cruz. Una oración silenciosa y breve dirigida hacia adentro, literal y figurativamente. Está oculto a la vista, pero siempre con el dueño.